Las cifras no mienten. Sólo en un par de años, el porcentaje de trabajadores que dicen verse afectados por Mobbing ha ido en franco crecimiento. Para los expertos, el incremento se explica en que el problema dejó de ser algo entre jefes y subordinados y ahora se refleja en todos los sentidos, incluso desde los propios empleados a sus superiores y por un mayor empoderamiento de los derechos laborales.
Hace un par de años, los problemas derivados por los casos de maltrato que se daban al interior de las empresas solían tener una dirección vertical, es decir se generaban en las jefaturas y los perjudicados, en su gran mayoría, eran los profesionales que estaban más abajo en la escala jerárquica.
Para la psicóloga Romina Foucaut los malos tratos se traducen en ataques verbales, hostilidad, provocación, degradación de la persona y críticas injustificadas y exclusión de la información necesaria para el desempeño de las funciones. Este tipo de acciones suelen generar estados depresivos u otros problemas de salud y afecta negativamente el clima laboral.
Tomando en cuenta lo anterior, en agosto entró en vigencia la Ley N° 20.607 que modifica el Código del Trabajo y sanciona las prácticas de Acoso Laboral, entendiéndose éste como “toda conducta que constituya agresión u hostigamiento reiterados, ejercida por el empleador o por uno o más trabajadores, en contra de otro u otros trabajadores, por cualquier medio, y que tenga como resultado para el o los afectados su menoscabo, maltrato o humillación, o bien que amenace o perjudique su situación laboral o sus oportunidades en el empleo”.
Fuente: Universia Chile